sábado, 1 de marzo de 2014

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El erizo negro me cogió en brazos y comenzó a correr en la dirección opuesta a la que se dirigía mi compañera. Esa acción me tranquilizaba aunque no podía dejar de sentirme melancólico, triste, con ganas de tirar la toalla. Sentía que mi vida ya no tenía sentido. Que morir era lo mio en ese momento. ¿Por qué? Porque ya no tenía nadie y la soledad ya no era una buena amiga para mí. Deseaba algo más. Fuese lo que fuese. Después de todo, ¿quién sabe qué hay detrás de la muerte? No será un simple sueño eterno? , ¿no será una inconciencia total? , ¿no será lo necesario para empezar otra vida, otra aventura desde cero?...algo así como cuando borras toda la memoria de un aparato tecnológico. ¿Acaso no es lo mismo? ,le estás dando vida nueva, sin recuerdos, sin daños, sin cosas buenas ni malas. Sin nada. Un simple espacio en blanco con las aptitudes y capacidades del anterior personaje o aparato. En escencia es el mismo, pero mentalmente puede ser algo totalmente distinto. Con funciones, sentimientos, con motivaciones diferentes... Pero con la misma capacidad para lograr lo que quiera. Y eso quiero yo. Borrar todo y ver si mis motivaciónes serían las mismas u otras. Quiero ser un granjero o una persona que no destaque. También un músico, pero no de guitarra como soy, me gustaría un instrumento más profundo, uno con el cuál pudiese expresar mi tristeza y mis alegrías. Uno que con cada nota, calara dentro, muy dentro de cada uno de los que me escuchasen. En simples palabras de alguien que agoniza pero que a la vez no dejan rendirse, me ubiese gustado la oportunidad para ser otro. Otro más simple y anónimo